Tuesday, August 15, 2006

Entre lo homogéneo y lo diverso

En la diversidad está el gusto
El avance de la globalización invade las culturas nacionales empujando a los pueblos hacia una cultura homogénea global.
Sobre esta premisa cuando menos, distintas reflexiones y acciones enfrentan este avance en reclamo del respeto de las diversas identidades nacionales. Una de estas reflexiones está dirigida al mejor entendimiento de las llamadas corporaciones transnacionales, que actúan como instrumento de tal globalización.
El concepto de transnacional suele entenderse como trascender fronteras. Algo así como una red sin centro a modo de un laberinto sin principio ni fin. Y que cubre o tiende a cubrir todo el universo. En relación con las corporaciones esta percepción está equivocada o es imprecisa. Las transnacionales tienen una sede clara que en el caso de las principales, está localizada en países desarrollados. Y filiales en diversos países. Las diferencian sus distintas modalidades de actuación.
Están las globales cuya producción centralizada en la sede se distribuye en las filiales pensando en un consumidor uniforme, sin distinción de fronteras. En casos, está dirigida esa producción a segmentos homogéneos del mercado global. Pero también están las multinacionales que como puede entenderse del nombre, toman en cuenta los aspectos económicos y culturales al interior de las fronteras.
Y ¿qué tipo de aspectos merecen esta consideración? Pueden agruparse de la siguiente manera[1]. Se inscriben en la responsabilidad social de las corporaciones transnacionales. Se evalúa la actuación a través de una perspectiva ideológica, operacional y social. Y los impactos en los derechos humanos, laborales y ambientales. Hay quienes consideran que la falta de respeto a la cultura nacional o local, puede ser calificada como un delito (o cosa reprobable). En el plano comercial, por ejemplo, las exigencias de estándares en tamaño, color o textura atentan contra el valor de la diversidad según es reconocida por países como el nuestro (se tiende a producir sólo lo que interesa al mercado externo).
¿Hasta qué punto los gobiernos nacionales pueden enfrentar esa homogenización? Hay que tomar en cuenta que las transnacionales se asientan en un país porque requieren de la protección del mismo a través de: la ley, el gobierno y su poder coercitivo. Ello no impide que pudieran preferir un gobierno global cuya manifestación no es imposible, como ocurre con el caso de los derechos humanos.
Sin embargo, a lo largo de estos últimos veinte años en que transcurre la globalización, corrientes nacionalistas de distinto tipo se enfrentan a ella. Las hay aquellas que defienden su soberanía[2] y sus fronteras culturales para no ser asimiladas[3] por una cultura global. Pero desgraciadamente no todos los nacionalismos son buenos.
[1] Marne L. Arthaud-Day: Transnational Corporate Social Responsibility: A Tri-Dimensional Approach to International CSR Research. Business Ethics Quarterly. Volume 15. Number 1, January 2005.
[2] La capacidad de su pueblo para decidir y que es ejercida por sus representantes.
[3] La asimilación es la absorción de una cultura por otra. La aculturación es la incorporación de aspectos de otra cultura a la propia.

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