Thursday, August 10, 2006

Sobre las democracias

La democracia liberal y la democracia revolucionaria
“…cuando el Estado se confunde con la colectividad de ciudadanos, eso siempre tiene un precio; la limitación de la ciudadanía a una clase, a una etnia o a los adeptos de una fe.” [1]
La inquietud principal que motiva este artículo parte de las últimas elecciones según la constatación siguiente. Si la votación no hubiese incluido a los departamentos con poca población electoral, el resultado no se hubiese alterado. Ello significa que su opinión vale menos que la de cualquier distrito numeroso de la capital. Pese a ello, son departamentos con gran aporte minero, agropecuario o potencial turístico. Y la elección fue para definir a los conductores del desarrollo del país, incluyendo el económico.
La segunda inquietud, aunque no es de inmediata constatación, es ésta. Los electores del casi total de la sierra, votaron en un sentido mayoritario. Ellos tienen familiares en la capital, quienes seguramente eligieron de manera contraria. ¿Qué los motivó?
Las elecciones se reconocen como parte de un ejercicio democrático. Pero ¿hay una sola percepción conceptual de la democracia? La que predomina en el país, especialmente en la capital, se conoce como democracia liberal. En esta concepción, lo político es subordinado a lo económico. Se reduce la intervención del poder político y se privilegian las relaciones de mercado, respetándose a ultranza los contratos. En la globalización económica, es tácita la influencia de las multinacionales.
Pero no siempre fue así. Estados Unidos o Francia, por ejemplo, surgieron como repúblicas al impulso de democracias revolucionarias. Aquí se busca subordinar un orden social determinado a la voluntad política que desea un cambio. Se dice que con el tiempo, estas democracias revolucionarias al acceder al poder se domestican, corren el riesgo de volverse liberales.
Tal vez ello último pasa con los provincianos asentados en la capital, que son culturalmente asimilados, en valores y normas, influenciados bajo una supuesta mejor información, ajena a los problemas cotidianos de postergación que se viven en las provincias.
[1] Reflexiones a partir de Touraine, Alain. Igualdad y Diversidad. Las nuevas tareas de la democracia. 1era reimpresión de la 2da edición. Fondo de Cultura Económica. México D.F. 2002.

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